​Celos enfermizos: señales comunes de las personas extremadamente celosas

Las relaciones de pareja suelen ser complicadas. Al comienzo del noviazgo, todo es de color de rosa, los químicos del enamoramiento están en pleno festín y nos sentimos invadidos por sentimientos positivos. Sin embargo, y dependiendo de algunas circunstancias que intentaremos explicar, es habitual ver como muchas parejas se degradan e incluso llegan a romperse por un problema de lo más común: los celos.

¿Qué son los celos?
En el ámbito de las relaciones de pareja, los celos son sentimientos de inseguridad y angustia que invaden a uno o ambos miembros de una pareja sentimental cuando se dan una serie de situaciones. Este sentimiento negativo puede surgir cuando sienten que está en peligro el amor del otro, o bien cuando notan con temor que dejan de ser el centro de atención del ser amado.

Por extensión, todas las relaciones interpersonales pueden verse afectadas por los celos. Podemos encontrar ejemplos de situaciones de celos que se presentan incluso en la vida adulta: “mi mamá le dedica más tiempo a mi hermana, ella siempre ha sido la favorita” o bien “mi mejor amiga invitó a salir a otra persona siendo yo su mejor amiga”.

Como vemos, no todos los celos provienen de parejas sentimentales, pero sí es cierto que es mucho más común entre novios. De hecho, los celos son un problema recurrente en las consultas psicológicas de pareja.

Los efectos secundarios de los celos (y la forma de afrontarlos)
Situaciones así pueden ocurrir con mucha más frecuencia de lo que imaginamos, generando sentimientos de enfado, irritabilidad y rivalidad entre las partes implicadas. En ocasiones utilizamos formas erróneas de reforzar nuestro sentimiento de valía, y también presentamos una cierta dificultad para aceptar la presencia de otras fuentes de gratificaciones (que no somos nosotros) en la vida de ese ser amado. Son elementos que pueden generar el caldo de cultivo necesario para que surjan los celos.

No obstante, estas situaciones suelen ser, en la mayoría de los casos, resueltas sin mayores complicaciones, pues se asume que en edades adultas se han desarrollado una serie de herramientas emocionales que permiten encauzar dichos sentimientos desagradables hacia respuestas más adaptativas. La mayor parte de personas son capaces de relativizar este sentimiento y ponerlo en contexto, pero hay otras personas que, por una u otra razón, se ven invadidas por la sensación de malestar que causan los celos, sin poderlo controlar.



El lado bueno de los celos
Cabe mencionar que, en ocasiones, los celos pueden ser útiles. ¿Es esto posible? Sí, porque en determinadas situaciones los celos pueden permitir encender una alerta en nuestra mente en caso de que estemos viviendo situaciones reales que requieran una serie de acciones que garanticen la estabilidad de la relación con ese ser amado. Por ejemplo, los celos pueden ser una señal de que algo está pasando, y que tal vez hay una tercera persona que realmente está involucrándose en nuestra relación amorosa.


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